Por primera vez, se ha logrado usar las señales cerebrales del conductor para ayudar a frenar un automóvil, proporcionando con ello tiempos de reacción mucho más cortos y un modo potencial de evitar accidentes de tráfico causados por errores humanos.
(NC&T) Usando electroencefalografía (EEG), una técnica que requiere adherir electrodos al cuero cabelludo, los investigadores han demostrado que su sistema de lectura parcial del pensamiento, combinado con modernos sensores de tráfico, es capaz de detectar en el conductor la intención de frenar 130 milésimas de segundo antes de la reacción normal de pisar el pedal del freno.
Puede parecer poco, pero conduciendo a 100 kilómetros por hora, esos 130 milisegundos de antelación se traducen en reducir la distancia de frenado en 3,66 metros, la longitud de un automóvil de tamaño medio o la diferencia potencial entre sufrir un accidente o evitarlo.
En el estudio, los científicos identificaron las partes del cerebro que más se activan cuando un conductor toma la decisión de frenar. También se valieron de un simulador de conducción para demostrar la viabilidad de la conducción asistida por lectura del pensamiento.